Te quedas parado, parece que te encanta quedarte mirando pasar el tiempo.
De pronto, escuchas el sonido de una respiración acelerada, como si alguien estuviera en tu nuca.
Te giras, pero allí no está. Miras al frente y tampoco.
Se esconde, vuela entre nosotros sin que nadie lo vea.
Lo buscas. ¿Por qué lo haces?
Los segundos caen como el agua por la cascada, ¿crees que ese tiempo va a volver?
No. Escuchas en silencio.
Ahora eres tú el que respira acelerado.
Te falta algo.
¿Es dolor? ¿Es tristeza? ¿Es angustia?
No tiene nombre, pero sabes que está adueñándose de ti.
Mírate al espejo, ¿ves la solución de tus problemas?
No, ahí no está.
¿Dónde estás hoy?
Moriste como mueren las esperanzas cuando no se alimentan, entre lágrimas... y sonrisas.
La luna siempre estará en el techo, el mar en calma o enfadado en el suelo.
Y sin embargo la cascada no parará de dejar caer gotas que se confunden entre las olas.
No eres tú, no vives hoy. Ayer fue imperio y hoy tu alma está en decadencia.
No sufras, no te pierdas en la oscuridad. Vive impasible.
Deja que llueva sobre tu cabeza, sabrás que después de la lluvia volverá a salir el Sol.
Solo es una cuestión que trata del tiempo que intenta robarnos la vida.
Triunfaremos, caeremos, ambas cosas al mismo tiempo.
Ya me hice de noche, ya volví a amanecer.
Ya el cielo se volvió gris, pero alguien sopla para que la luz vuelva a entrar por la ventana.
Ya dejamos el calendario, porque comenzó la cuenta atrás hace mucho.
Las fechas las guardan los que se ponen límites.
Marinero que duermes entre las montañas, ¿por qué no despiertas para entrar en la guerra?
Defiende tu historia, fúmate tus problemas, haz oídos sordos y saca tu orgullo.
Lo que un día fuiste volverá a salir, solo necesitas tener la paciencia de aguantar la espera.
Ya no te hundes, ya las balas rebotan contra tu cuerpo aunque te fusilen.
La memoria te dice que olvidaste para no perdonar.
Entonces... ¿qué es lo que te viene a la cabeza?
¿Sabes?
La distancia entre dos personas no depende de kilómetros.
Peor es verse todos los días, hacer lo de siempre y en realidad no hacer nada.
¿Es esa tu rutina? ¿O piensas que es lo que te mereces?
Merecer no mereces nada. Si te quedas parado te van a comer.
Rompe.
Sin mirar atrás, sonríe por tus alegrías y tus desgracias.
Hasta las cosas más tristes tienen su belleza, aunque sea oscura.
Y nunca dejas de vivir, porque estarás dejando de morir al mismo tiempo.
Contínuamente nacer o morir, pero sin dejar que se adueñe de ti.
No te engañes a ti mismo, siempre la verdad por delante.
La cabeza es la madre del corazón, por eso siempre está dándole consejos.
Decide si debes regirte por la razón o por tus impulsos.
Aunque ten en cuenta que si piensas mucho el tren se pasa.
Pégale puñaladas al mundo antes de que el mundo te clave una por detrás.
Ese algo se iba haciendo poco a poco más grande y te llenaba de vacío.
No debías buscarlo por ninguna parte, porque todo estaba dentro de ti...
Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.
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