domingo, 7 de octubre de 2012

Heridas (basado en hechos reales)

Érase una vez, un selecto grupo de elegidos decidieron pasar un ratito juntos antes de caer rendidos a la fiebre del sábado noche. Los protagonistas de esta historia eran Patata Diabólica, Payasita Bipolar, ''Chico de los picos'', Borrego Asesino, Dragón Cantaor y, por supuesto, nuestro atractivo Macho Dominante. La historia dice así:
Todos los caminos llevan a Pande, así que el grupo quedó en ese multicultural rincón de la urbe cañailla. El Macho Dominante adquirió las provisiones necesarias para un largo peregrinaje hacia el Parque de los Patos (10 minutitos cortos si vas andando pisando huevos), a saber un Monster (bebida para espartanos fornidos como él) y su paquete de Bits, ya tú sabes, pa ir de tranquilote. Los demás tomaron también sus provisiones y partieron.
El grupo atravesó la carretera sin paso de peatones y se fragmentó. Por delante Chico de los picos, Dragón Cantaor, Borrego Asesino y nuestro amado Macho iban manteniendo una alegre y distendida conversación sobre conceptos cultos. Detrás, la Patata Diabólica se había aferrado a la Payasita Bipolar como se agarran los koalas a los árboles. ''¿Te imaginas que se caen?'' se escuchó en un murmullo. La tragedia se mascaba en el ambiente...
 


Entonces sucedió. Un golpe sordo, a las espaldas del Macho, le hizo volverse sobresaltado. Los que iban con él le imitaron. Entonces vieron el panorama que se abría ante ellos....
Dos cuerpos sobre el suelo, casi inertes, yacían entremezclados. ''No puede ser''. En efecto, la postura koala no había cuajado y las dos habían caído al suelo. Comienza una sesión de carcajadas varias. En el caso del líder de la manada, de cuclillas en el suelo tapado con la capucha entre las sombras, para que no se le viera descojonarse literalmente. Minutos más tarde, levantó la cabeza y vió a Chico de los picos buscando entre la basura cercana ''la rodilla'' de la Payasita, sacando un ñordo largo al grito de ''¡Aquí está la rodilla!''. El Macho bajo la cabeza y volvió a descojonarse otro minuto más.
Todo son risas hasta que se ve la sangre. Aquí viene una de las frases épicas del día, por parte de la Patata: ''No os riáis tíos, que le falta rodilla''. Esa frase, que viene de alguien que se acaba de caer dejándose el culo, les llegó al corazón. Medio riéndose, medio serios, decidieron continuar el viaje hacia el Parque (10 minutos después).
Pues bien, empezó a verse que la Payasita Bipolar hacia honor a su nombre. Como le dolía la herida y no paraba de sangrar, nuestro musculoso Macho la cogió al modo princesa ante la atenta mirada de la Patata. Pues sí, segundos después se le queda mirando y le dice que no para de sangrar. La Payasita levanta la pierna y se ve el Guadalquivir que se le había formado desde la herida hasta las convers. Casi se cae de los brazos del macho del bote que pegó, pero claro, la cosa no podía acabar ahí.
Comenzó el festival ante la peña de Camarón de hipótesis sobre lo que se podía hacer con la herida. Ahí va el razonamiento del Macho: ''Cuchadme, cojo la lata de Monster, me metó en el cuarto de baño y lo lleno de agua''. Esa era la solución a todo mal, ''agua gitana'' mezclada con Monster para que la rodilla de la Payasita empezara a cantar por bulerías con energía. Pero no, la idea no recibió apoyos.
Fue en ese preciso momento cuando la Patata, quizás con remordimiento de conciencia, se gastó money en comprar San Joaquín. Me detendré un momento en este punto. San Joaquín, de mineralización débil, ideal para dietas bajas en sodio, que se te sube pronto, porque tiene 50... Chico morazos con San Joaquín nos hemos pillado todos alguna vez...

 
En fin, que la Patata compró agua en Sacramento demostrando su alto nivel económico y comenzó el momento clave de la historia del propietario de este blog. El Macho Dominante, al ser de ciencias de la salud, ''de la salud''... Entonces tiene que saber curar la herida. Pues eso, el Macho Dominante realizó la primera cura de su vida a la Payasita con la inestimable ayuda del kioskero y los clínex del Dragón (que era en realidad una máquina de sacar pañuelos arrugados). Eso sí, la primera cura con un ojo menos, porque la luz de la farola le impedía ver una mierda a dos centímetros de su cara, es lo que tiene tener un ojo malito, pero aún así no se confundió de pierna y pudo realizar la complicada operación a vida o muerte. Una vez retirado el río de sangre que le dejó un resto en forma de luna roja en las convers (la última moda en París), el gran hombre que da al adjetivo masculino sentido se terminó de beber la lata mientras cantaba gilipolleces. Hizo el juego del abrelatas y le salió la H, como la Payasita estaba bipolar se la regaló antes de volver a mirar la herida... Cuando volvió a mirar la herida vió una H perfectamente en el lugar donde salía la sangre, donde se debía formar la cicatriz. ¿Casualidad? Puede ser, pero no era imaginación del todopoderoso Macho porque todo el mundo lo vió y Borrego Asesino se descojonó.  La Patata se volvió enfermera, todo fue wonderfuloso, amputamos la pierna y todos vivimos felices bebiendo San Joaquín.
 
Ah, y que sepan que si la Payasita y el Macho tuvieran un hijo, saldría un pirata.

 

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