lunes, 30 de diciembre de 2013

Resumen 2013

Como todos los años, toca hacer el resumen de los últimos 12 meses que he vivido. Quizás diga lo mismo cada vez que hago una entrada así, voy y suelto un ''lo malo del anterior año no tiene nada que ver con lo de este, he aprendido muchísimo este año''. Y lo voy a volver a decir en el resumen de este año, porque es algo que cada vez tengo más claro: Conforme avanza el tiempo, más maduran y evolucionan nuestros problemas, al igual que nosotros mismos aunque no nos demos cuenta.
Pues bien, este año fue distinto, tanto por el número de experiencias nuevas que he vivido como por lo sentido. Empecé el año con todo lo que quería, ni más ni menos. Lo termino en una situación buena, pero con muy malas sensaciones. ¿Y cómo te pones mal si tienes motivos para estar bien?, me preguntan. Será que mi forma de ser me haga pensar en todo lo que me ha llevado a estar ''bien'' ahora. Ha sido un año duro, muy bonito en algunos momentos, pero que me ha desgastado muchísimo. Un año de romper barreras como la distancia, y de caer en el mismo error una y otra vez.
La verdad es que estoy orgulloso de mí, por haber aguantado medianamente bien todo. He tenido apoyo de personas increíbles que probablemente en ciertas situaciones he demostrado que no merezco la pena tenerlos, pero ahí siguen, ojalá que sea así durante el mayor tiempo posible.
Y es que este año he vuelto a aprender que nada es para siempre, porque parecía que se me había olvidado. Pensando que algunas personas que han acabado por irse iban a ser de esas que llegan para quedarse, la verdad es que me equivoqué. Y los que me conocen saben de verdad lo que he perdido por esto, más de lo que he dejado ver. Que es cierto que si alguien no aguanta en tu vida es porque deben llegar otras personas que ocupen su lugar, y que este año he conocido a personas que valen muchísimo la pena. Pero si esa persona que se va era importante, joder, duele.
Me he roto tantas veces este año que a veces me siento como un jarrón al que han intentado juntar los trozos tras caer al suelo. Evidentemente, aunque pegues sus partes, ya no vuelve a ser el que era antes. Y yo no creo que pueda volver a ser el de antes.


También he vuelto a descubrir que o pisas o te pisan, solo que esta vez también he sido yo el que ha dado palos. No me enorgullezco de ello ni mucho menos, más bien al contrario, hubo momentos en este año en los que la situación se me fue de las manos, y ya no puedo hacer nada para cambiarlo. Ya es tarde para pedir perdón, pero, ¿saben qué? Al menos me dí cuenta a tiempo de que no era eso lo que yo quería, que ese no era yo. Y me hizo falta muy poco tiempo para darme cuenta, un tiempo necesario. Y ese tiempo sirvió para aprender a que yo también puedo conseguir lo que me proponga, si es lo que deseo.
Y sí, la verdad es que 2013 ha tenido más lágrimas que sonrisas. Al fin he descubierto que estoy hecho para sufrir. Sin embargo, me he dado cuenta de que eso me sirve para superarme, para no rendirme. Podré caer una y otra vez, podré chocarme de frente contra una pared al ir a toda velocidad, podré tropezarme mil veces con la misma piedra. Pero siempre me levanto, y cada vez que lo hago soy mucho más fuerte. Así que invito a todo aquello que quiera verme mal a que siga intentando hundirme. Aunque tenga a menudo ganas de abandonar, no me voy a rendir.
Porque visto lo visto, todo lo bueno dura poco, las palabras se las lleva el viento, lo bueno que haces mil veces se borra por un mal acto, que hay personas que se acordarán de ti en las malas y no en las buenas, que los buenos no ganan siempre. Por eso este acabó siendo el año del ''que te importe quien te aporte''. Todo es parecido al inicio del 2012. Al menos estoy acostumbrado a estas sensaciones.
La verdad es que no espero gran cosa de 2014, no espero grandes cambios. Solo sé que si las cosas empiezan a ir medianamente bien, lo valoraré muchísimo. Me gustaría dar las gracias a todas las personas que me han ayudado este año, que no han sido pocas, y de verdad que pienso que les debo mucho. También me gustaría que esas personas que se han ido, si les da por leer esto, se queden con lo bueno del tiempo que hayamos compartido, como intento hacer yo. Sin duda, echo de menos. Pero la verdad, ojalá les vaya bien, y que no vuelva a saber nada de ellos.
Feliz 2014 a todos, ojalá sigáis otro año más conmigo :)


Dicen que son tus actos, yo digo que es el destino.
Está grabado en mi alma. Necesito dejarte ir.
Tus ojos brillan claramente. Quiero proteger esa luz.
No puedo escapar de esto a menos que me muestres cómo.
Cuando sientas mi calor mírame a los ojos.
Es donde mis demonios se esconden.
No te acerques mucho, está oscuro aquí adentro.
Es donde mis demonios se esconden.
Es donde mis demonios se esconden...

martes, 17 de diciembre de 2013

Un cero a la izquierda

Hoy descubres que algo va mal.
No llueve. ¿O llueve y no te has dado cuenta?
Da igual, aunque lloviera no lo sentirías. 
Ni siquiera notas como el viento roza tu cara.
Si es que hay viento.
Caminas.
Llegas a un acantilado y ves el mar.
Llegas a ese lugar, el único lugar en el que te puedes encontrar.
Te sientas.
Estás perdido.
Vives en una jaula en la que tú mismo te pones tus propios barrotes.
Te ahogas, pero eres tú el que te aprisionas contra el fondo a ti mismo.
Cansa ya.
Eres tú el que te sube a lo más alto de esta montaña rusa para luego dejarte caer.
Es un camino que siempre acaba hacia abajo.
No quieres a estas alturas que te cuenten cuentos.
''Sufrir es un lujo'', dijeron.
Como si tú pudieras poner el punto y final a esta situación.
No le ves el principio, ni ves el final.
Está ahí, contigo, en cada paso mal dado, en cada mirada atrás.
Y no te puedes sentir solo en el acantilado.
Sabes perfectamente que hay una puta sombra que te acompaña, y no se va.
Estás roto.
Pero no roto porque sientes que algo va mal.
Roto porque no sabes como cambiarlo.
Porque un día lo tenías todo y al siguiente te despertaste sin nada.
Porque estás cansado de ser el segundo siempre.
Porque ves como el tiempo ha cambiado a todos, menos a ti.
Es entonces te sientes el perfecto cero a la izquierda del mundo.
Lo peor es que tú no puedes prescindir de ti mismo.
No. Tú estarás para siempre en tu propia vida.
Deberás quererte.
Deberás cuidarte.
Deberás aceptarte.
Todo porque nadie va a estar más tiempo contigo en tu historia.
Aunque te hundas a ti mismo, aunque te saques a flote.
Dependes de ti.
Te levantas y caminas.
Y por cada paso que te va alejando del acantilado, sientes que te vas perdiendo otra vez.
O no.
Quizás la única manera de encontrarte sea perdiéndote de nuevo...


Ojalá que me la encuentre ya entre tantas flores. 
Ojalá que se llame amapola, que me coja la mano y me diga que sola... 
No comprende la vida, no.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Déjala ir

Un chico iba caminando por su camino. Una chica iba caminando por su camino.
Un día el chico llegó a un cruce de caminos. Un día la chica llegó a un cruce de caminos.
El chico vio como a su camino llegaba otro camino. La chica vio como a su camino llegaba otro camino.
Sin embargo, ambos caminos no estaban unidos.
El chico y la chica llegaron a la unión de caminos al mismo tiempo.
Observaron que, para su sorpresa, una muralla de cristal impedía el paso al otro camino.
Podrían verse y podrían hablar el uno con el otro.
Se miraron por primera vez.
Con tan solo ese cruce de miradas, decidieron emprender el camino acompañándose mutuamente.
El primer día de camino se presentaron.
El segundo día hablaron de sus gustos hasta que llegó la noche.
Pero al tercer día las cosas cambiaron.
El camino se hizo cuesta arriba.
El terreno se llenó de pequeños agujeros que dieron paso a grandes socavones.
El sol dejó paso a las oscuras nubes y comenzó a llover.
Y entonces los caminos dejaron de ser un apacible lugar para seguir su viaje.
Cuesta arriba, irregular y entre gotas de lluvia.
Sin embargo, ninguno de los dos aminoró el paso, ni dio media vuelta.
Cada vez que uno se quedaba un poco atrás, el otro le esperaba para reanudar la marcha juntos.
Fue así como el chico y la chica crearon un vínculo.
Al cuarto día, mientras caminaban, hablaron de sus inquietudes ante ese camino.
Al quinto día, se confesaron lo que nunca habían confesado a otras personas.
Al sexto día, ambos durmieron pegados al cristal, como si quisieran estar cerca.
Al séptimo día el camino no parecía tan complicado.
Las cuestas no eran tan duras.
Los agujeros se pasaban sin mucho esfuerzo.
Y la lluvia solo era un poco de agua.
Al octavo día él amaneció mirándola hasta que se despertó.
Al noveno día ella le pensó hasta que se quedó dormida.
Al décimo día decidieron no caminar.
Ambos se miraron fijamente.
No pasó nada.
Al undécimo día reanudaron la marcha.
Y al duodécimo no aguantaron más y maldijeron su suerte.
El camino no era tan malo después de todo.
Lo malo era esa muralla de cristal.
Podrían verse y podrían hablar el uno con el otro.
Sin embargo, no podrían tocar la piel del otro.
No podrían sentir que existía más allá de la imagen que ofrecía el cristal.
No podrían vivir al otro lado de la muralla.


Siguieron caminando con el paso del tiempo.
Los días, dejaron su lugar a los meses.
El camino seguía con sus idas y venidas para cada uno, pero al final siempre se esperaban.
Hasta que un día todo volvió a cambiar.
Ambos tuvieron que elegir si continuar por el camino de la muralla de cristal.
Nuevos caminos aparecían a medida que caminaban.
Dudaron.
Pensaron.
Y siguieron caminando ''juntos'' el uno al lado del otro.
Conforme más avanzaban en el camino, más complicado se hacía.
No sabían exactamente a donde querían ir.
Sí sabían con quien querían ir.
Vivían sin dirección.
Hasta que las dudas se hicieron enormes al ver pasar tantos caminos que podrían ser los suyos.
El tiempo seguía pasando y las dudas seguían engordando.
El día que no pudo más, el chico golpeó la muralla hasta que consiguió pasar.
Sin embargo esa situación era temporal, pues en ese camino solo podía caminar una persona.
Entonces decidió volver a su lado del cristal.
Él la observó desde el otro lado sin dejar de caminar.
Ella le observó por última vez sin dejar de caminar.
Fue entonces cuando los caminos dejaron de lado al cristal y se separaron para siempre.
Él quiso quedarse ahí para siempre.
Ella decidió seguir adelante.
Él siguió caminando por su camino.
Ella siguió caminando por su camino.

viernes, 22 de noviembre de 2013

¿Y qué es justo?

Pasa el tiempo, voy aprendiendo al ver las cosas que me suceden, y me doy cuenta de que continuamente estoy tratando de mejorar mi forma de ser. En estos últimos meses estoy intentando separar lo que es justo de lo que no lo es. El resultado, al menos para mi gusto, es sorprendente, algo alejado a lo que yo creía.
Que tiremos la piedra y luego escondamos la mano.
Que demos nuestra palabra, y al tiempo rompamos con lo que dijimos.
Que luchemos contra todo, para luego vivir como si nada.
Que la culpa sea del otro, aunque sepamos que no estemos en lo cierto.
Que el orgullo esté por encima de lo que realmente queremos.
Que lo de fuera siempre valga más que lo de dentro.
Que decidas estar mal, cuando hay personas que tienen motivos para llorar y sonríen.
Que el tiempo no pare, mientras sigues en el mismo sitio.
Que los que más tienen se quejen, mientras los que menos aguantan sin hablar.
Que nos busquemos en las malas, porque en las buenas no nos hacemos falta.
Que los que menos se lo merezcan, se saldrán con la suya por encima tuya.
Que queramos lo que nos hace daño, y dejemos de lado lo que nos hace bien.
Que lo que te dan un día por tu propio esfuerzo, te lo quiten de golpe como si nada.
Que des siempre lo máximo posible, mientras recibes lo mínimo.
Que no olvidemos lo que nos duele, y sí los buenos recuerdos.
Que por mucho que nos levantemos, volveremos a caer en las mismas piedras.
Que a veces el dolor dure tanto, mientras la felicidad es tan efímera.
Que vivamos pensando en otros, mientras otros no piensan en ti.
Que lo que quieres, no puedes.
Que lo que puedes, no quieres.
Así, el mundo siempre será un lugar mucho más justo.


martes, 12 de noviembre de 2013

Se me olvidaba

Casi sin darme cuenta, miré por la ventana buscando un mar que estaba lejos. Encontré un descampado, una ciudad al fondo sobre la que caía el sol, un cielo lleno de mil colores. Y sin embargo, me parecía un paisaje triste. No. El sonido de las olas que tanto buscaba no llegaba hasta allí.
En el cielo mil colores y en mi interior todo estaba oscuro. Tanta vida parecía flotar tras esa ventana, chocaba con la muerte que existía dentro de mí. ¿Por qué?
Y sin darme cuenta, estaba evadiéndome del mundo real, tanto que cuando quise darme cuenta, al mirar por la ventana de nuevo, solo ví sombras. Esas sombras que yacían dentro, ¿habían salido para llevar la oscuridad fuera de mí?
Entonces me levanté y encendí la luz, para esquivar un rato a esa oscuridad que todo lo había llenado. Y aproveché la luz para mirarme en el espejo, ese que siempre me muestra la realidad, que me enseña como estoy por fuera, porque por dentro lo sé muy bien. Y observé cambios. Lo que dolía por dentro, se había dejado notar por fuera.
Y pensé. Y al pensar descubrí que, igual que no hay noche que venza al amanecer, no hay situación que duré toda una vida. Volví a mirarme en el espejo. ¿Dónde estaba mi yo?
¿En qué punto de mi historia había decidido ser otra persona? No lo sabía. Solo sé que hubo un antes, un durante y un después en mi vida. El pasado, todo lo que había hecho hasta ese momento, todo lo que había vivido hasta llegar ahí, no servía para mucho. Experiencia, sí, pero no la suficiente.
Se me olvidaba que el truco está en no acostumbrarse. Que cada día es un mundo. Que cada vez que abrimos los ojos entramos en una lucha por sobrevivir de la mejor manera posible. Y yo, sin más, es posible que me haya dejado llevar por la corriente, en vez de intentar llegar hasta la orilla.
Puede que nunca se vaya a acabar la mierda en la que estoy metido. Puede que nunca sepa olvidar, que nunca vuelva a pasar por esos días en los que todo era bonito, que nunca vuelva a mirar a alguien con ojos de quien desea pasar el mayor tiempo a su lado, que nunca odie lo que he querido. Puede que me lleve un tiempo sin sentir, viviendo rápido para no pensar.
Se me olvidaba quien era yo, hasta que mi reflejo en el espejo me hizo recordar.


No daré pasos sin mirar atrás, porque me es imposible.
La diferencia está en que ahora caminaré con la cabeza alta.

domingo, 3 de noviembre de 2013

No importa

¿Saben lo que es despertarse sin mirar el reloj ni la fecha?
Yo sí. No importa si estamos en verano o en invierno, si hace más frío o más calor. No, ya no importa.
Tampoco importa si hoy dedico mi tiempo a hacer lo que debo hacer, o lo dejo todo para el día siguiente. Al fin y al cabo, lo tengo que hacer. O no. Es importante, sí, pero no me importa.
Hace no mucho cada paso que daba era importante, para bien o para mal. Tenía que tener cuidado de donde dejaba mis huellas, no quería que me siguieran el rastro. Ahora ya no importa.
Que me encuentren, ya estoy perdido. Las cosas cambian.
¿Saben lo que es mirar el calendario con la esperanza de que el tiempo se ralentice, pare, y dé marcha atrás?
Saber que ya no importa, que no va a volver, que aunque duela, es pasado. Pasado que no debe condicionar un presente lleno de oportunidades, de posibilidades para empezar de cero.
Mi sonrisa está vacía. Oculta una sombra tan grande que, por miedo a que se apodere de mí, temo por ella.
Por ella y por mí.
Estoy perdido, las cosas cambian, el tiempo pasa. Ya no importo.
Y sin embargo, hay cosas que nunca cambiarán, con las que me encuentro todos los días y que hacen que el tiempo se pare.
Las cosas buenas siempre estarán ahí.
En donde no puedo hacer nada.
En donde tus palabras se las llevó el viento, y las mías aguantaron el temporal.
En donde esté, aunque no estés ya.
En donde el olvido no existe.
En donde da igual que importe, porque ya no importa.
Ahí, en lo imposible.


Si supieras todo esto sabrías bien porque escribo

martes, 29 de octubre de 2013

Depende de como lo mires

que defines tu por distancia:...
Depende de como lo mires, te diría diferentes cosas. Puede ser excusa para no intentar algo con alguien. Puede ser algo que ves desde fuera y te parece una tontería. Puede ser el impedimento que provoca lo que parece imposible, querer a alguien de verdad, aunque esté lejos. Puede ser el camino que tienes que recorrer para llegar a lo que realmente quieres. Puede ser ese ''algo'' que te jode por las mañanas al despertar y ver que has amanecido otro día más sin tener a esa persona a tu lado. Puede ser ese vacío que no te deja dormir, y maldecir una y otra vez que está lejos. Puede ser la circunstancia que te impida mirar a los ojos a alguien, darle un abrazo en sus malos momentos, o lo que te hace soñar con pasar un rato juntos, ese rato que X kilómetros, esos putos X kilómetros, no te dejan tener. Incluso puede ser un arma para matarte todos los días.
Algo te puedo asegurar. Esas personas que dicen que querer a alguien que esté lejos no tiene sentido, o que es menos que querer a alguien a quien ves todos los días, se equivocan. Creo que esas personas están malacostumbradas a vivir cada tres días pudiendo ver a quien quieren, y aún por encima se quejan. Si quieres a alguien de verdad, da igual donde viva, la distancia no la hacen los kilómetros: la hacen las personas. Y una cosa más a esas personas, abrazar a alguien a quien quieres, después de mucho tiempo sin poder verle, es la mejor sensación que yo he podido vivir nunca, porque son los abrazos más sinceros que se pueden dar y los que más demuestran. Ellos probablemente nunca sabrán lo que es algo así, yo que he tenido esa suerte, me parece que lo puedo decir.

martes, 22 de octubre de 2013

Tener éxito, ser feliz

Hay trenes que solo pasan una vez.
La culpa es del que lo pierde, no del momento en que tienes la oportunidad de subirte a él.
Lo malo es hacer un viaje en el que te subes para bajarte en la próxima estación por remordimiento.
¿Cómo sabes si has avanzado o retrocedes?
En definitiva, solo el tiempo te dice en que has acertado y en que fallaste.
Y no hay más.
Tener éxito es lograr lo que quieres, ser feliz es querer lo que logras
¿Acaso no dicen que la felicidad se hizo para compartirla?
Quise compartirla contigo.
Ahora, solo queda la posibilidad de tener éxito.
Lograr lo que quiero.
No te quiero tanto...
No te quiero...
Te quiero.


¿Qué hacemos de los dos ahora 
que ya me quiero un poco?, 
Que me moja el mar del sur los pies. 
Me moja y no estoy solo. 
Medio loco como tú, como aquel verano azul 
que se nos fue de las manos...

viernes, 18 de octubre de 2013

''Sé original''

El hecho de conocerte fue como con cualquier persona, por casualidad.
Te había visto más veces, pero nunca me había fijado en ti.
Entonces, llegaste cuando menos me esperaba que pasara algo así.
Y al fin y al cabo, puedo asegurar que fue cuando más lo necesitaba.
Puedes vivir muchas historias, y tomar cada una de ellas como si fuera una película.
Esta que voy a contar está entre mis preferidas.
Puede ser que tuviera que pasar que a la vez estuviéramos en una situación parecida, y eso hiciera que nos entendiéramos mejor. Hablar para olvidar, el tiempo que hiciera falta. Y así, en tan poco tiempo me acostumbré a hablar con una persona desconocida hasta ese momento.
En cada bajón, en cada caída, en todos esos momentos, tenía la certeza de que alguien estaría ahí para mí, igual que sabía que yo estaría ahí para ese alguien. Saber que no es lo mismo levantarse de la cama habiendo perdido lo que tenías todos los días, y aún así, encontrar un motivo para estar bien. Eso es un regalo que sucede pocas veces.
Aún así, sabía que esa situación iba a ser temporal, cuestión de días, semanas, de un mes o dos. Antes me ilusionaba y lo pasaba mal, ahora me limito a disfrutar sabiendo que todo principio tiene un final. Sabía perfectamente que esa situación tenía fecha de caducidad, por eso no buscaba encariñarme, ni hacerme otras ideas más allá que tener la utilidad de servir como una transición para ese mal tiempo. Que no te faltase alguien en quien apoyarte ni esa persona para cuando no tenías nada que hacer o cuando te hiciera falta.
Te ibas. Y para cuando lo hiciste, ya temía por lo que pudiera pasar, no solo por ti, también por mí. Por eso, te fuiste con algo que me pertenecía, aunque no sirviera para mucho. La verdad es que me gusta más cuando lo llevas tú. Me quedé con tu olor, con tu forma de actuar, con como me hacías sentir tan bien, con tu historia y con como me mirabas a veces. Con disimulo, durante el tiempo suficiente para que no se me escapara un solo detalle, yo también lo hacía.
Si me quedo mirándote quiere decir que estoy buscando la forma de alargar ese momento. Harán falta siempre más de cinco despedidas antes de dejarte, porque no querré separarme cada vez que me abrace a ti. La explicación es muy sencilla: Creo que solo tú tienes partes en ventaja en esa comparación de la que siempre te he hablado. Puede que nunca encuentre las palabras para decirlo.
Me conformo con que estés bien, con saber que no hice mal como todo el mundo decía. Eso no va a borrar que te eche de menos aunque no deba. Al menos algo lo alivia.
Ojalá no cambies nunca.
Y ojalá pudiera volver a entonces.

jueves, 17 de octubre de 2013

Me acostumbré

Me acostumbré a decirme ''no importa'' en los días malos.
Y también a no confiarme demasiado en aquellos en los que todo parecía ir bien.
Me acostumbré a mirarme al espejo sin buscar el reflejo de mis ojos.
Temo ver una mirada que demuestre algo que no me guste.
Me acostumbré a apagar las luces y mirar al techo por las noches.
A dar vueltas en la cama sin que importe el reloj.
A dejar un tiempo para pensar sobre lo que no tiene solución y lo que no puedo entender.
Me acostumbré a no dormir.
A esperar a que la luz entre por las rendijas de mi persiana.
Me acostumbré a levantarme con ojeras marcadas.
A no poder dar más de mí al siguiente día por el cansancio.
Me acostumbré a decirme de nuevo ''no importa''.
A mirarme al espejo sin buscar mis ojos, a apagar las luces, a mirar el techo y a no dormir.
Me acostumbré a todo lo que conlleva un ''adiós''.
¿Sabes qué?
A veces, al cerrar los ojos todavía te sigo viendo.
Por eso, me acostumbré a no querer soñar.


Sabes que soñaré, si no estás que me despierto contigo

viernes, 4 de octubre de 2013

Sólo por amor

Camino por mi camino.
Mi camino es una ruta con un solo carril: el mio.
A mi izquierda, un muro eterno separa mi camino del camino de alguien que transita a mi lado, al otro lado del muro.
De vez en cuando, en este muro encuentro un agujero, una ventana, una hendidura... Y puedo mirar hacia el camino de mi vecino o vecina.
Un día, mientras camino, me parece ver, al otro lado del muro, una figura que transita a mi ritmo, en mi misma dirección.
Miro esa figura: es una mujer. Es hermosa.
Ella también me ve. Me mira.
La vuelvo a mirar.
Le sonrío... Me sonríe.
Un momento después, ella sigue su camino y yo apuro el paso porque espero ansiosamente otra oportunidad para cruzarme con esa mujer.
En la siguiente ventana me detengo un minuto.
Cuando ella llega, nos miramos a través de la ventana.
Le digo con señas lo mucho que me gusta.
Me contesta con señas, No sé si significan lo mismo que las mías, pero intuyo que ella entiende lo que quiero decirle.
Siento que me quedaría un largo rato mirándola y dejándome mirar, pero se que mi camino continua...
Me digo que, quizá, más adelante en el camino habrá seguramente una puerta. Y a lo mejor yo puedo cruzarla para encontrarme con ella.
Nada da más certeza que el deseo, así que me apuro para encontrar la puerta que imagino.
Empiezo a correr con la vista clavada en el muro.
Un poco más adelante, la puerta aparece.
Allí está, al otro lado, mi ahora deseada y amada compañera. Esperando... Esperándome...
Le hago un gesto. Ella me devuelve un beso en el aire.
Me hace una seña como llamándome. Es todo lo que necesito. Avanzo contra la puerta para reunirme con ella, a su lado del muro.
La puerta es muy estrecha. Paso una mano, paso el hombro, hundo un poco el estómago, me retuerzo un poquito sobre mí mismo, casi consigo pasar mi cabeza... Pero mi oreja derecha se queda atascada.
Empujo.
No hay forma. No pasa.
Y no puedo usar mi mano para retorcerla, porque no podría poner un dedo allí...
No hay espacio suficiente para pasar con mi oreja, así que tomo una decisión... (Porque mi amada esta allí, y me espera).
(Porque es la mujer con la que siempre soñé y me está llamando...)
Saco una navaja de mi bolsillo y, de un solo tajo rápido, me atrevo a darme un corte en la oreja para que mi cabeza pase por la puerta.
Y lo condigo: mi cabeza consigue pasar.
Pero, después de mi cabeza, veo que es mi hombro el que queda atrapado.
La puerta no tiene la forma de mi cuerpo.
Hago fuerza, pero no hay remedio. Mi mano y mi cuerpo han pasado, pero mi otro hombro y mi otro brazo no pasan...
Y nada me importa, así que...
Retrocedo, y sin pensar en las consecuencias, tomo impulso y fuerzo mi paso por la puerta. 
Al hacerlo, el golpe desarticula mi hombro y el brazo queda colgado, como sin vida. Pero ahora afortunadamente, en una posición tal que puedo atravesar por la puerta...
Ya casi estoy al otro lado
Justo cuando estoy a punto de terminar de pasar por la hendidura, me doy cuenta de que mi pie derecho se ha quedado enganchado al otro lado.
Por mucho que me esfuerzo y me esfuerzo, no consigo pasar.
No hay forma. La puerta es demasiado angosta para que mi cuerpo entero pase por ella.
Demasiado angosta: no pasan mis dos pies...
No lo dudo. Estoy ya casi al alcance de mi amada.
No puedo echarme atrás... Así que, agarro el hacha y, apretando los dientes, doy el golpe y desprendo la pierna.
Ensangrentado, a saltos, apoyado en el hacha y con el brazo desarticulado, con una oreja y una pierna menos, me encuentro con mi amada.
-Aquí estoy. Por fin he pasado. Me miraste, te miré, me enamoré. He pagado todos los precios por ti. Todo vale en la guerra y en el amor. No importan los sacrificios. Valían la pena si era para encontrarse contigo, para poder seguir juntos... Juntos para siempre....

Ella me mira mientras se le escapa una mueca.
-Así no, así no quiero... A mi me gustabas cuando estabas entero. 
Sólo por amor - Jorge Bucay

miércoles, 2 de octubre de 2013

Al pasar

Al cruzar caminando la frontera
se ve el mundo como acaba.
Al cruzar caminando la frontera
se rompen los nudos que me ataban.
Al cruzar vi pasar mi vida entera.
Al cruzar sin aliento me quedaba.

Al pasar mirando el mar
el cielo y el agua se hacen uno.
Al pasar mirando el mar
vi las olas mecidas por Neptuno.
Querían saltar y poderme alcanzar.
Dejaré que puedan si lo ves oportuno.

Al llegar a la playa
la arena se metía entre mis dedos.
Al llegar a la playa
se perdieron todos mis miedos.
Era mi lugar, ahora es tu playa.
Me pierdo allí. Desorientado quedo.

El tiempo pierde su fuerza
si le miras fijamente a los ojos.
Cuanto más grande es tu firmeza
más pronto te libras de su enojo.

Mas las cicatrices no se borran.
Solo sanan si acompaña la suerte.
Los cortes profundos no se van
hasta que no se los lleva la muerte.

Y mientras en vida,
¿ya qué nos queda?
Buscar una salida,
por la puerta de atrás en la vereda

Y cuando nadie estaba, yo estaba... ¿recuerdas?


martes, 1 de octubre de 2013

Isbiliya

Ciudad lejana.
Ciudad cercana.
Ciudad lejos de mi plata.
Ciudad de torres de oro.
Ciudad de luz a oscuras.
Ciudad de estrellas.
Ciudad sin ley.
Ciudad de puentes y de parques.
Ciudad para recordarte.
Ciudad para olvidarte.


Si todos los caminos llevan a Roma, el mío se extravió hace tiempo. O quizás simplemente me quede mucho para llegar. El reloj pasa lento, las horas se hacen interminables a veces. Respiro hondo. Me miró al espejo y descubro lo mismo una y otra vez: No soy más que un niño pequeño metido en el cuerpo de un adulto. 
Mi reflejo en el espejo me dice más de lo que cualquier persona pueda decirme. A veces me veo con ganas de llorar, pero no puedo si alguien me mira, si yo me miro. Otras veces me veo cansado, como si no aguantase más mi ritmo de vida. Sin embargo, aguanto. A decir verdad no hago mucho más que eso con el paso de los días. Perdí el rumbo y aquí estoy, sin saber explicar lo que pienso. ¿O es que me avergüenza reconocer lo que me pasa?
He desnudado mi alma hasta que con solo una frase reconozcas si todo iba bien o si todo iba mal. He roto todas las barreras que tenía ante mí por el ímpetu de dar lo poco que tenía. He hecho callar a mil bocas por solo escuchar tu voz. He sido distinto, sin dejar de ser igual. He dejado de ser yo sin dejar de ser yo mismo.
Y al final, cuando acepto que ya no está, que la realidad es más fuerte que los sueños, me encuentro aquí. Sin mirar atrás, sin mirar hacia delante. Estancado en esto que llaman presente, en una guerra continua día a día por tratar de calmar mis heridas. Un dolor que quema y hiela mi interior a la vez.
No puedo escuchar el mar desde aquí, solo veo un río que me lleva a casa. No quiero mirar el mapa. Solo quiero perderme por calles olvidadas, por calles de sueños rotos. Todo es nuevo. Sin embargo, veo detalles de mi pasado por todas partes. No haces daño hasta que te lo hacen. No dejas de hacerlo hasta que te lo vuelven a hacer.
No tengo la menor idea de si esta luz que veo es la salida del túnel. Solo cuando pasa el tiempo puedes reconocer si ganaste o perdiste, si tus acciones fueron positivas o no. 
Solo entiendo que las cosas han cambiado. 
Ya no estás. 
¿Y yo? 
Yo ya tampoco estoy.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Never give up!


Como es más que posible que no me haya despedido de todo el mundo como debería, y aprovechando que para algo me gusta esto de escribir, voy a hacer una especie de carta de despedida pero a lo virtual, me va la moda hipster, aunque es un poco tontería porque quizás nos veamos cada dos por tres....
Algunos de vosotros sabíais cual era mi verdadero motivo para querer irme antes del verano. Os podéis imaginar que pude cambiar la matrícula y seguir en mi casa, pero no lo hice. Hace dos años comencé a pensar que necesitaba un cambio de aires. Las cosas fueron complicándose, comencé a darle más importancia a lo que sucedía a mi alrededor antes de lo que me sucedía a mí mismo. Así perdí el control de lo que me hacía daño y lo que no, y aún así sigo hoy, a pesar de que siempre he acabado saliendo adelante.
Es bastante sencillo. Quiero empezar de cero conmigo mismo y con el resto del mundo. Dejar a un lado este tiempo tan extraño. Tener la oportunidad de aprender ciertas cosas por mí mismo que considero, no se pueden aprender de otra forma que no sea empezando todo de nuevo. Siento la necesidad de abrir así la posibilidad de dejar a un lado mis heridas, no borrarlas, pero si apartarlas de mi vida. No sé lo que quiero, solo sé que me gusta la idea de arriesgarlo todo a esto que voy a hacer. No sé exactamente que me puede esperar allí, no sé si estaré mejor o peor, solo sé que será distinto. Y eso es lo que necesito ahora mismo. Un cambio.
Bien es cierto que antes del verano consideraba que ya mi vida aquí estaba acabada, y obviamente, me equivoqué. Este verano comenzó siendo muy duro, y gracias a eso me dí cuenta de que la gente que me rodeaba era increíble, personas a las que no cambio por nada del mundo. En efecto, fue duro, incomprensiblemente más de lo que debería haberlo sido, más de lo que dejé ver. Pero para mí, este verano ha sido el mejor con diferencia. Conseguí muchos ''imposibles'', he tenido días increíbles y sobre todo muchas nuevas experiencias. Increíble, y gracias a vosotros.
Me dí cuenta de que a lo que más miedo le tengo es a que me sustituyan, y por tanto, a que me olviden. Tengo miedo a que dé la sensación de que trato de olvidaros, y a que me olvidéis porque cambien demasiado las cosas. Os aseguro de que por mucho que todo cambie yo no olvidaré cada paseo, cada lugar especial, cada abrazo, cada beso y cada persona importante para mí en todo este tiempo. He descubierto mucho de lo que pienso en estos últimos días aquí, me he dado cuenta de cosas que estaban muy escondidas en mi interior, que no me esperaba. Me temo que voy a echar en falta a ciertas personas más de lo que esperaba.
Me gustaría decir que siento lo que sucedió, aunque sirva ya de poco, a todas aquellas personas a las que les haya podido hacer daño directa o indirectamente, bien por no ser el mejor de los amigos en ciertos momentos puntuales o por no haber sabido comportarme como algo más.Aunque la verdad, y siendo sincero, no me arrepiento de absolutamente nada de lo que he hecho. Quizás me he quedado con ganas de demasiadas cosas.
Al principio es probable que no notemos el cambio, pero conforme el tiempo avance, no sé si podré decir lo mismo. La distancia, como muchas veces me habréis escuchado decir, la hacen las personas y no los kilómetros, y en muchos casos es solo una prueba que une más que separa. Sea como sea, siempre diré con orgullo de donde vengo y siempre voy a tener un rinconcito y un ratito para vosotros siempre que queráis.
Os quiero y os voy a echar de menos.


De Cai pisha

viernes, 6 de septiembre de 2013

Dos años dan para mucho

No soy muy dado a sentimentalismos ergo no soy de hacer despedidas. Pero tú lo has pedido con tu tweet así que deberás atenerte a las consecuencias. Te presento mi proyecto de carta de despedida. Ni siquiera es de despedida puesto que volverás los fines de semanas y en caso contrario yo te traeré de los pelos a rastras.

Copiaré tu táctica, puestos que para evitar riesgos lo mejor es arriesgar, ¿no? “Todo empezó…” en primero de bachiller cuando tus padres tuvieron la feliz idea de meterte en el IES Sancti Petri y los dirigentes del mismo propusieron meterte en las clases de física y matemáticas de los estudiosos y trabajadores chicos tecnológicos, nótese la ironía.

Te sentabas junto a Tumtum aunque el señor Largo, también de salud, nunca estaba demasiado lejos de ti. Pero nuestro “romance” se dio el día que El chico listo te llamó para un partido de fútbol sala en Bahía Sur. Ahí pude obsequiarme con tus dotes futbolísticos…

Te llamé para más partidos incluso nos juntamos con el killer falso y nos acostumbramos a jugar partidos juntos. En una ecuación matemática eso iba a tender a crear un equipo de fútbol sala que ganaría su correspondiente liga. Te coronaste macho más macho de todos los machos que hacían goles.

Cierto fue que tuvimos nuestros rollos amorosos pero siempre estuvimos ahí. Y lo seguiremos estando. Ni se te ocurra quedarte en Sevilla… o te mataremos. Todos. Dolorosamente.

Espero que hayas notado lo hipster de hacer cartas en la red, confieso que me ha gustado la experiencia…

Un abrazo: Señor Capi.

Pompas de jabón

Se dirigió a la ducha, con los ojos soportando la presión de una noche entera sin dormir. Quizás por eso cuando abrió el agua caliente y sintió como recorría su cuerpo, comenzó a evadirse del mundo en el que estaba por un momento.
A su lado, en el suelo, había dos pastillas de jabón. La más próxima a él, a un palmo de su pie, está partida por la mitad, a pesar de que parece que nadie la había usado hasta entonces. La más lejana, a unos pasos, está exactamente igual, solo que no está rota. ¿No tiene el mismo valor una pieza rota que una intacta, siempre y cuando puedan realizar la misma función? Por supuesto. Pero, ¿por qué siente más atracción por usar aquella que no está rota?
''Tonterías'' , piensa. ''Son solo pastillas de jabón''.
Sin embargo, no podía parar de pensar. ¿No es cierto que, en el caso de que no estuviera allí la pastilla más lejana, hubiera agradecido contar con la pastilla rota? Sí, lo hubiera hecho, al fin y al cabo cumple su función.
Lo extrapoló más allá de dos simples pastillas de jabón. Pensó que a la hora de elegir entre dos posibles oportunidades, aunque realicen la misma función, podemos dejarnos llevar por la comodidad, por lo que es más seguro, o por la estética. Así como muchas personas elegirían la pastilla rota al estar más cerca, otras tantas elegirían la que está lejos por ser ''más perfecta'' que la otra.
¿Acaso no sucede lo mismo con las personas? Cuando realmente necesitas a alguien, da igual donde esté, da igual quien sea, solo importa que esa persona te dé el apoyo que necesitas. Una persona rota como esa pastilla de jabón puede hacer la misma función que una persona que no ha sufrido, solo que si te dan a elegir entre lo entero y lo roto, hay personas que eligen la forma. Algo roto no va a cambiar nunca, no puede volver a ser lo que era. Algo intacto acabará por romperse, porque la perfección se esfuma como una pompa de jabón.
En ese momento descubrió que se sentía roto. Descubrió que se odiaba a sí mismo por todo lo sucedido, que odiaba todo lo que había querido. La odió por primera vez, y no por última.


jueves, 22 de agosto de 2013

El día que no pueda más...

El café se enfría y el tren va a salir pronto. El cielo ya ha oscurecido, pero en tu interior hay más sombras que en una calle que no puede ser iluminada por la fría luz de las farolas. Eso que había dentro de ti yace apagado, como muerto, inexistente. Esa luz que todas las personas tenemos, y que, en determinados momentos de nuestras vidas, perdemos temporalmente. Así me siento. Enamorarse es el suicidio más lento que conozco, el más doloroso, aunque también el más bonito. El amor, una enfermedad que bien cura o bien agranda tus heridas. 



Me niego a perder para que ganen otros. Sonrisas para los demás, mientras quien necesita una sonrisa sincera eres tú mismo. Descubres que no puedes controlarlo todo en tu vida, pues hay algo que se encuentra por encima de todo, por encima de lo que tu cerebro puede decir ''basta ya'' o ''déjalo''.  No puedo pedirme que borre sin más estas páginas como hice con el resto de mi historia, porque no puedo borrar algo que he escrito tan fuerte. No se puede borrar, sin más, ideas que se grabaron como tatuajes en la piel. Quedan huellas, heridas, o como quieras llamarlo.
Dicen que el corazón es el único órgano que no obedece órdenes del cerebro. Es decir, el resto del cuerpo sigue órdenes que provienen del cerebro. Sin embargo, si el corazón deja de funcionar, deja de funcionar el resto de órganos. El mío probablemente esté roto, pero por suerte funciona, aunque dudo que bombee sangre a estas alturas: creo que su lugar lo ocupa veneno.
Tengo por seguro que hay más odio que amor en estas palabras. Esta es la magnífica sensación de sentir frío aunque hace cuarenta grados en la calle, mientras recuerdas como en invierno te llenaba de calor ver sus ojos buscando cruzarse con los tuyos. ¿Qué queda de eso? Nada más que ganas de luchar por lanzarte a un vacío en el que probablemente te espera algo peor que la muerte, pues esa es tu única forma de vivir. No arriesgar es lo más arriesgado, así que para evitar riesgos, arriesgaré.
El café se ha helado y el tren partió hace tiempo. Sigues sentado en la estación, mientras pasa el tiempo, con la certeza de que algún día volverá a pasar tu tren. De pronto despiertas, quizás tarde, quizás a tiempo. Ese tren no era el tuyo. O simplemente, debes buscarlo de nuevo. Todo puede ser, excepto consumirte sentado en la estación. No hagas más cuestiones a las que no puedes responder.
El día que no pueda más... ¿Se congelará para siempre mi corazón, o simplemente explotaré para romperme en mil pedazos?


El día que no pueda más
voy a matarte.
Que no valga la pena, 
me quedé sin avisarte
de que contengo de veras
de noche mis malas artes.

El día que no pueda más, 
voy a matarte.
Que me mate la pena, 
tenerte un rato delante
sentado en las escaleras, 
loco por reanimarte.

Me levanto lento, 
voy hacia arriba, 
dejo cabos sueltos
a la deriva.
Y no dejo huella, 
quiero irme con ella
donde me diga.

El día que no pueda más
voy a cambiarte
por un puñado de estrellas
que no me dejen mirarte,
por la luna lunera
de confidente y amante.

viernes, 9 de agosto de 2013

Corazón, boli y papel

Has escrito la más bonita de las historias, ¿se ha borrado por escribirla a lápiz?
Sabes que después de subir a la cima tienes que volver en algún momento a bajar.
Es una ley no escrita, no puedes quedarte allí para siempre.
Es como si por turnos tuvieras que dejar tu sitio a otros.
Ellos te cederán el turno a ti...
Un ciclo.
Hay algunas personas que encajan en tu vida.
Lo hacen por el simple motivo de que son las piezas correctas en tu puzzle.
No hay dos piezas iguales, como no hay dos llaves para la misma cerradura
Por eso, cuando pierdes una de las piezas, en el puzzle queda un vacío.
Y ese vacío se mantiene porque no hay otra pieza que encaje.
¿Hay que cambiar de puzzle o buscar la pieza?

Que nadie lo entienda.
El tiempo ahoga, aprieta.
Cada vez queda menos... ¿O cada vez queda más?
Hay trazos que no se borran si aprietas fuerte la mina.
Podrás decir lo que quieras, al escribir saldrá lo que sientes.
Porque al hablar se dice lo que se piensa.
Porque al escribir estás dejando una parte de ti guardada en un texto.
¿Dejaré al escribir el vacío, o dejaré la parte equivocada?


'' Podrán caer millones de relámpagos en la tormenta, pero solo lograrás atrapar uno ''

martes, 30 de julio de 2013

^^

'' ¿Cuantas felicitaciones tendrás hoy? Ni si quiera tu lo sabes, nadie lo sabe. Unas mas largas, otras mas cortas, los que no te conocen te pondrán el típico felicidades de cortesía, los que te conocen a fondo te pondrán una gran parrafada...
Si lo piensas bien, prácticamente todas aquellas personas , o al menos la gran mayoría habrán hecho algo tan sumamente normal como es mirarte a los ojos. Las personas que te conocen en tu fondo, todas te habrán sacado una sonrisa con alguna broma o algun gesto. Te habrán apoyado quedando frente al mar, o quizás en el portal de un edificio. Con aquellas personas habrás compartido miles de momentos irrepetibles, inigualables. Habrás reído con ellas tanto, hasta el punto de dolerte las costillas, habrás recorrido san Fernando con muchas de ellas, algunas las veras todos los días, otros ya no están ahí como un día estuvieron, alguien te habrá besado en algún lugar especial, habrás jugado miles de partidos con aquella gente, no sé. miles de cosas.
Y yo, si te digo la verdad, y aunque te extrañe, aunque me extrañe, aunque le parezca raro al mundo, me considero de esas personas que te conocen demasiado, quizás por el hecho de que cuando veo un simple tweet, un estado o me cuentas algo, siento que me estoy observando en un espejo. Es raro, siempre ha sido especial mi conexión contigo, y nunca ha sido suficiente hablar continuamente a través de una pantalla, para que nos vamos a engañar, el roce hace el cariño, pero yo siempre he sentido algo diferente desde aquel verano de 2010 en el que me dio por contestar a un habbo que consideraba uno mas y que después, tras ponerle una cara y conocerlo me ha hecho encontrarme conmigo misma en otro cuerpo.¿ Y por que te digo todo esto? ¿porque te caliento la cabeza con palabras que se me están ocurriendo en este momento...? pues por eso mismo... quiero resumir las lineas anteriores en que te conozco hasta el punto que no imaginas y nunca te he mirado a los ojos.
¿Triste? Puede ser. ¿Diferente? Seamos claros, es jodidamente raro, y no hay más.
3 años así, y digo que te conozco y probablemente no sepa ni la mitad de lo que haces, pero si como ves las cosas y como las sientes.
Se que eres fuerte, mucho mas fuerte de lo que crees, con virtudes y defectos, sueños posibles e imposibles.
Que la vida te enseño como actuar en cada momento, siempre siendo el mismo, aunque no siempre consigues hacer lo correcto.
También es verdad que a veces lo estas consiguiendo y no te das cuenta de ello, quizás el resultado que obtienes no siempre es el deseado, a veces es mejor de lo que esperabas.
Con los pies en la tierra, pero buscas alguien que te haga volar. Cuando deseas algo, luchas por ello hasta el final, y no te rindes a la primera de cambio. También sabes que hay momentos en los que vale mas una retirada a tiempo que mil batallas ganadas muriendo, pero eso lo deberíamos de saber todos.
No sueles sonreír en las fotos, debe ser que no te gusta mucho tu sonrisa.
Misterio se define en tus ojos.
Te ríes de todo y a la vez de nada.
Pienso que el intento de hacer ver que no te importan ciertas cosas te sale fallido en muchas ocasiones,pero también es verdad que cuando algo te importa de verdad, no tienes miedo de mostrárselo al mundo. No, el ego finalmente no te puede. Tu vida no es normal y lo sabes pero es preferible a parecerse al resto.
Loco por una sonrisa, una sonrisa que te aplasta al mismo tiempo que te hace feliz. No se te hace difícil sacar una sonrisa a cualquiera, sea quien sea, incluso a base de borderias...
Tu acento es arte.
Si haces algo, hasta el final, nada de cosas a medias.
Capaz de perdonar a los demás, pero no a ti mismo.
Para ti el vaso medio vacío en lugar de medio lleno, la realidad es dura y con un dedo no se tapa el sol...
Lo que me duele es que me haya ausentado cuando lo has necesitado, mas de una vez me han dado ganas de aparecer donde estas, aun sabiendo que probablemente no conseguiré cambiarte el animo, pero quizás asi pensarias que yo realmente estoy contigo en las malas también, no solo por un móvil o un ordenador, que yo siempre he estado pendiente de ti, y que me he equivocado muchas veces con lo que te he dicho en determinadas ocasiones, que no he conseguido en ningún momento hacerte ver las cosas de otro modo, y que ni mucho menos te has sentido mejor,y lo entiendo, que no has pensado en mi para hablar de tus problemas y si lo has hecho puedes haberte arrepentido, que conmigo quizás nunca vayas a conseguir tener la confianza igual a la de otras personas como es lógico, que tu y yo estamos hechos únicamente para ser amigos, que no te digo nada que no te hayan dicho 200 veces ya, que si, que son putas palabras todo...
Yo cuando te dije que sabia que contigo podía funcionar algo mas allá de amistad lo vi así, pero yo ni ninguna de nosotras tiene su forma de querer, su sonrisa ni sus ojos, ni su olor, ni te puede hacer feliz. Ninguna si no es ella, ella es tu idioma, es tu forma de sacar lo que llevas dentro, tu musa, es tu forma de vivir y de morir..
Llegados a este punto, yo ya solo pretendo que cuentes conmigo, desde Córdoba desde Madrid y desde marte. Yo ya solo pretendo darte la felicitación indicada para tu 18 cumpleaños... yo hace tiempo que deje de intentar quedar bien, para sacar lo que siento realmente, convertirme en alguien importante para quien quiero y aunque quizás no sea así quiero hacerme notar...
También es verdad que tengo que aprender a hablar sin dar tantos rodeos, porque el hombre que siente mucho habla poco. Pero si es la única manera para hacerme un hueco en tu vida lo pienso hacer...
Un hueco que he notado que desde hace bastante tiempo ha ido disminuyendo... pero para mi siempre vas a ser la misma persona de hace 3 años, sigo teniendo las mismas ganas de abrazarte que hace mucho tiempo, que lo sepas, y aunque sepa que soy una mas para ti, eso es suficiente, a bastante he llegado sin que me hayas visto y no me haya podido expresar como me gustaría.
Y simplemente, no se puede entregar el corazon cuando ya lo rompieron tantas veces verdad?
No valen las palabras cuando los hechos hablan por si solos, Cierto.
Pero tampoco esta de mas darle una conversación a personas que nunca te vieron si consigues hacerlas sentir únicas por un momento.
Puede que mezcle ideas, y no consiga hacer la parrafada perfecta, pero una cosa tengo clara...
No hay nadie como tu.
Felices 18, porque es una nueva etapa, un mundo de posibilidades se abre frente a ti, porque habra personas que quieran ponerte el cielo en tu contra, porque puedes llorar, caerte y finalmente luchar, porque si, definitivamente te has hecho mayor y el tiempo no vuelve, así que vive, aquí no queda mas opción. ''


18





























































































































 A los que han llegado, a los que se han ido y a los que volverán: Si estáis aquí es porque formáis parte de mi historia. Puede que haya momentos más duros o más fáciles, pero nunca estaré solo. Gracias