Pues bien, este año fue distinto, tanto por el número de experiencias nuevas que he vivido como por lo sentido. Empecé el año con todo lo que quería, ni más ni menos. Lo termino en una situación buena, pero con muy malas sensaciones. ¿Y cómo te pones mal si tienes motivos para estar bien?, me preguntan. Será que mi forma de ser me haga pensar en todo lo que me ha llevado a estar ''bien'' ahora. Ha sido un año duro, muy bonito en algunos momentos, pero que me ha desgastado muchísimo. Un año de romper barreras como la distancia, y de caer en el mismo error una y otra vez.
La verdad es que estoy orgulloso de mí, por haber aguantado medianamente bien todo. He tenido apoyo de personas increíbles que probablemente en ciertas situaciones he demostrado que no merezco la pena tenerlos, pero ahí siguen, ojalá que sea así durante el mayor tiempo posible.
Y es que este año he vuelto a aprender que nada es para siempre, porque parecía que se me había olvidado. Pensando que algunas personas que han acabado por irse iban a ser de esas que llegan para quedarse, la verdad es que me equivoqué. Y los que me conocen saben de verdad lo que he perdido por esto, más de lo que he dejado ver. Que es cierto que si alguien no aguanta en tu vida es porque deben llegar otras personas que ocupen su lugar, y que este año he conocido a personas que valen muchísimo la pena. Pero si esa persona que se va era importante, joder, duele.
Me he roto tantas veces este año que a veces me siento como un jarrón al que han intentado juntar los trozos tras caer al suelo. Evidentemente, aunque pegues sus partes, ya no vuelve a ser el que era antes. Y yo no creo que pueda volver a ser el de antes.
También he vuelto a descubrir que o pisas o te pisan, solo que esta vez también he sido yo el que ha dado palos. No me enorgullezco de ello ni mucho menos, más bien al contrario, hubo momentos en este año en los que la situación se me fue de las manos, y ya no puedo hacer nada para cambiarlo. Ya es tarde para pedir perdón, pero, ¿saben qué? Al menos me dí cuenta a tiempo de que no era eso lo que yo quería, que ese no era yo. Y me hizo falta muy poco tiempo para darme cuenta, un tiempo necesario. Y ese tiempo sirvió para aprender a que yo también puedo conseguir lo que me proponga, si es lo que deseo.
Y sí, la verdad es que 2013 ha tenido más lágrimas que sonrisas. Al fin he descubierto que estoy hecho para sufrir. Sin embargo, me he dado cuenta de que eso me sirve para superarme, para no rendirme. Podré caer una y otra vez, podré chocarme de frente contra una pared al ir a toda velocidad, podré tropezarme mil veces con la misma piedra. Pero siempre me levanto, y cada vez que lo hago soy mucho más fuerte. Así que invito a todo aquello que quiera verme mal a que siga intentando hundirme. Aunque tenga a menudo ganas de abandonar, no me voy a rendir.
Porque visto lo visto, todo lo bueno dura poco, las palabras se las lleva el viento, lo bueno que haces mil veces se borra por un mal acto, que hay personas que se acordarán de ti en las malas y no en las buenas, que los buenos no ganan siempre. Por eso este acabó siendo el año del ''que te importe quien te aporte''. Todo es parecido al inicio del 2012. Al menos estoy acostumbrado a estas sensaciones.
La verdad es que no espero gran cosa de 2014, no espero grandes cambios. Solo sé que si las cosas empiezan a ir medianamente bien, lo valoraré muchísimo. Me gustaría dar las gracias a todas las personas que me han ayudado este año, que no han sido pocas, y de verdad que pienso que les debo mucho. También me gustaría que esas personas que se han ido, si les da por leer esto, se queden con lo bueno del tiempo que hayamos compartido, como intento hacer yo. Sin duda, echo de menos. Pero la verdad, ojalá les vaya bien, y que no vuelva a saber nada de ellos.
Feliz 2014 a todos, ojalá sigáis otro año más conmigo :)
Dicen que son tus actos, yo digo que es el destino.
Está grabado en mi alma. Necesito dejarte ir.
Tus ojos brillan claramente. Quiero proteger esa luz.
No puedo escapar de esto a menos que me muestres cómo.
Cuando sientas mi calor mírame a los ojos.
Está grabado en mi alma. Necesito dejarte ir.
Tus ojos brillan claramente. Quiero proteger esa luz.
No puedo escapar de esto a menos que me muestres cómo.
Cuando sientas mi calor mírame a los ojos.
Es donde mis demonios se esconden.
No te acerques mucho, está oscuro aquí adentro.
Es donde mis demonios se esconden.
Es donde mis demonios se esconden...
No hay comentarios:
Publicar un comentario