viernes, 8 de febrero de 2013

Naranja

Córdoba.
Lejana y sola.

Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.

Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.

¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera
antes de llegar a Córdoba!

Córdoba.
Lejana y sola.


Canción del jinete - Federico García Lorca

La gente nos dice que las cosas llegan.
Que llegan pronto si sabes esperar.
Mas muchos buscando un futuro se ciegan.
Errando dejan el río y no llegan a la mar.
 
La gente se calla que las cosas parten.
Que parten pronto si no las sabes cuidar.
Mas se podrá hacer que los caminos corten.
Y nuestros ojos al fin se volverán a encontrar.
 
¡Ay que largo es el camino!
¡Ay cuanto nos queda por andar!
¡Ay que amargo es el destino
que cerca tendremos que afrontar!
 
Pero no temas todavía y disfruta.
Ríe, canta, vuelve a perdonar.
Que lejos el veneno de la cicuta
desea hacerse ya notar.

Habrá momentos en los que llueva.
Sin más remedio nos tendremos que mojar.
Tras las nubes un rayo de esperanza queda.
Un rayo de sol que volverá a iluminar.
 
No pienses que cuando marchas andas sola.
No pienses que pierdes por todo atrás dejar.
No pienses que olvidarás de las playas las olas.
Contigo todo parte con solo en nada pensar.
 
La vida son tres días para no poder dormir.
Palabras esconden verdades que es mejor callar.
Hay que saber mentirnos para evitar morir.
Hay que morir si queremos volver a amar.
 
Si la llana te llama un día.
No la dejes esperar.
Cristiana, musulmana o judía.
Sobre el río tienes tu hogar.
 
Mira el sol como se esconde.
Mira la luna blanca con su mirar.
El primero con sus aires de conde,
la segunda dulce dama al despertar.
 
Lo que sobrevive en lo más lúgubre
es lo que tiene que aguantar.
Gracias por venir un octubre
dejando a mis palabras abrazar.
 



lunes, 4 de febrero de 2013

¿Dónde estás?

Si pudiera decidir como invertir cada segundo de mi vida, no te asustes.
Tan solo buscaría excusas para poder pasarlos cerca, a tu lado.
Como las estrellas que en el cielo oscuro de las noches lucen, huyes.
Tú solo luces para unos pocos, esos privilegiados.
 
Si pudiera dejar de hablar a las paredes para derribar montañas.
y dejar de chocar tan solo con las olas de este vasto océano.
Comprendería que lo que hoy hace arder a mis entrañas
es lo que poco a poco se va escapando de mis manos.
 
Si pudiera dejar de querer estar en dos lugares al mismo tiempo,
comprendería que la vida se puede vivir de otra manera.
Lo rápido es lo que ocurre cuando quiero un ritmo lento.
Lo lento, lo que pasa cuando me gustaría que no existiera.
 
Si pudiera dejar de soñar teniendo lo mismo en vida,
comprendería que luchar es levantarme de la cama cada día.
Levantarme para hacer que tu mirada con la mía coincida.
Para hacerme grande con tu sonrisa y ser lo que tú querías.
 
Si pudiera cambiar por completo mi forma de ser
comprendería que el amor existe, pero solo llega una vez.
Aquel que sin hacer ruido cierra la boca y nada deja ver.
Te deja en la gloria, si miente en absoluta ridiculez.
 
Si pudiera dejar de tener recuerdos por algo que no existe,
quizás comprendería que hoy lucho por algo más que un sueño.
Vives allí donde habita la memoria, sin embargo no te fuiste.
Te echo de menos, cada segundo de recuerdo es mi dueño.
 
Si pudiera llorar sacando toda la rabia que habita dentro,
comprendería que no tengo que llenarme el cuerpo de heridas.
Las cadenas que llevo se rompen en cada encuentro.
La sangre que brota de los golpes es merecida.
 
Si pudiera saber que hacer en cada momento,
comprendería que equivocarme es a veces necesario.
Sentiría que jamás tiene que acabar este cuento.
Sentiría que vivir no es exactamente un calvario.
 
Si pudiera escoger entre besarte o verte de nuevo,
comprendería que no quiero rozarte si no te veo.
Dicen de no poner en una sola canasta todos los huevos.
No, lo imposible no es tan solo un deseo.
 
Si me dieran a elegir entre quererte y no quererte
elegiría nuestra historia así, tal y como es.
Pues hace daño la impotencia de querer y no poder verte,
pero más fuertes son las raíces cada hora, cada día, cada mes.