Si pudiera decidir como invertir cada segundo de mi vida, no te asustes.
Tan solo buscaría excusas para poder pasarlos cerca, a tu lado.
Como las estrellas que en el cielo oscuro de las noches lucen, huyes.
Tú solo luces para unos pocos, esos privilegiados.
Si pudiera dejar de hablar a las paredes para derribar montañas.
y dejar de chocar tan solo con las olas de este vasto océano.
Comprendería que lo que hoy hace arder a mis entrañas
es lo que poco a poco se va escapando de mis manos.
Si pudiera dejar de querer estar en dos lugares al mismo tiempo,
comprendería que la vida se puede vivir de otra manera.
Lo rápido es lo que ocurre cuando quiero un ritmo lento.
Lo lento, lo que pasa cuando me gustaría que no existiera.
Si pudiera dejar de soñar teniendo lo mismo en vida,
comprendería que luchar es levantarme de la cama cada día.
Levantarme para hacer que tu mirada con la mía coincida.
Para hacerme grande con tu sonrisa y ser lo que tú querías.
Si pudiera cambiar por completo mi forma de ser
comprendería que el amor existe, pero solo llega una vez.
Aquel que sin hacer ruido cierra la boca y nada deja ver.
Te deja en la gloria, si miente en absoluta ridiculez.
Si pudiera dejar de tener recuerdos por algo que no existe,
quizás comprendería que hoy lucho por algo más que un sueño.
Vives allí donde habita la memoria, sin embargo no te fuiste.
Te echo de menos, cada segundo de recuerdo es mi dueño.
Si pudiera llorar sacando toda la rabia que habita dentro,
comprendería que no tengo que llenarme el cuerpo de heridas.
Las cadenas que llevo se rompen en cada encuentro.
La sangre que brota de los golpes es merecida.
Si pudiera saber que hacer en cada momento,
comprendería que equivocarme es a veces necesario.
Sentiría que jamás tiene que acabar este cuento.
Sentiría que vivir no es exactamente un calvario.
Si pudiera escoger entre besarte o verte de nuevo,
comprendería que no quiero rozarte si no te veo.
Dicen de no poner en una sola canasta todos los huevos.
No, lo imposible no es tan solo un deseo.
Si me dieran a elegir entre quererte y no quererte
elegiría nuestra historia así, tal y como es.
Pues hace daño la impotencia de querer y no poder verte,
pero más fuertes son las raíces cada hora, cada día, cada mes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario