Gracias a ese juego podrás obtener un ``premio´´, que no es más que el mejor regalo que te pueden hacer en tu vida.
Pues bien, después de mucho tiempo jugando, has llegado al final.
Parece mentira, ¿verdad? Tras pasar por tantas cosas, tantos momentos duros... Ahí esta la meta.
La cruzas y de repente aparece una señora que te da la enhorabuena, antes de hacerte la siguiente pregunta:
¿Querrás aceptar el premio? ¿O mejor lo dejamos para más adelante?
''¡Que pregunta más tonta!'' piensas.
Sin embargo al echar la vista atrás te das cuenta de que quizás la señora tiene razón.
Es posible que este no sea el momento para aceptar ese premio, porque el camino que has recorrido te ha mostrado tantas cosas que quizás no sea conveniente...
Pero esa decisión debe ser rápida, pues si tú no quieres ese premio se lo llevará otro que probablemente no ha hecho el mismo camino que tú, pero por pura suerte opta a lo que tú tanto deseabas.
Y no sabes que hacer. Puede que al aceptarlo ganes en ese momento, pero en un futuro puede que se te escape. Y al rechazarlo tendrás que soportar el sufrimiento de ver en manos de otro lo que tanto deseabas, lo que tanto quieres en realidad.
¿No es de ser tonto? Acéptalo, y si lo pierdes lucha por ese regalo.
No te quedes mirando como alguien que no ha hecho ni la mitad que tú se lo lleve...
Si tienes dudas, la mente olvidará lo que el corazón no siente.
Pero si has entrado en el juego, no vas a olvidar lo que te puede costar tanto, ¿no crees?
A veces es necesario jugar a morir por tu princesa
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