¿De verdad creías que podías engañarme para toda la vida?
¡La próxima vez que me hables será delante de una lápida!
Rompe mis fotos, quema tu diario... ¡Borra el puto día de tu calendario!
Si es que has llegado a arrepentirte, has llegado tarde.
Tengo un par de razones para llamarte cobarde.
¿Y qué hay de nosotros? Poco tardaste en irte con otro, y con otro, y con otro, y con otro...
Joder, ¿por qué eres así?
Dile a cada uno de ellos que el pasado no se olvida, se aprende a vivir con ello.
Es tu castigo, dormir con él para soñar conmigo...
Y un suspiro por testigo... ¡Cállate zorra, escucha lo que te digo!
Cuando estás a solas no piensas con claridad. Solo tienes miedo a estar sola.
Tú y yo no somos una coincidencia. Vencí a mi conciencia.
Mi ausencia es solo una consecuencia.
¿Qué quién soy yo para juzgarte? Mira, ¡que te follen!
Si no paro de gritar es para ver si Dios me oye.
Condenada a vivir pensando en que estaré haciendo cada vez que estés llorando, recordando.
Ésto se acaba, ojalá te ahogues en tus propias lágrimas.
Has de llorar por mi lo que yo por ti lloraba.
Abrazada a tu almohada, enfadada con los nervios de tu tripa esperando mi llamada.
Así son las cosas, ¿no? Pero hoy me lo has dejado claro...
Has conseguido que me odie, y te odio.
Lo que hiciste me dolió y lo escribí en un folio.
Lo plasmaré en un odio, por hoy en verso tengo el monopolio.
¿Para qué coño te pregunto? ¿Cómo has podido hacerme ésto?
Estoy dispuesto a morir por una palabra, por un gesto.
Eramos unos críos, crecer juntos fue un desafío.
Me obsesionas, te escribo. ¡Solo quiero lo que es mío!
Olvida mi nombre, olvida mi cara, olvida esta despedida.
Olvídalo todo. Olvida que antes tuviste otra vida.
Mirando al cielo maldecí el día que te conocí.
¿Por qué coño hablas de mi como si yo hablase de ti?
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