martes, 7 de agosto de 2012

¿La perfección es frágil?

Hay veces que te sientes extraño con el mundo.
Las cosas no salen bien, no cuadran. Y llegas a pensar que es culpa tuya, que es por ti.
¿Qué diablos podría cambiar de mi para ser perfecto? ¿Lograría así que ésto no me pasara?
Y te quedas pensando en tus defectos... Incluso llegas a sacarte algunos que en realidad no tienes.
¿Cómo es posible ésto?
Como siempre, todo lo malo tiene sus ventajas.
¿O acaso crees que ser imperfecto solo tiene inconvenientes?
Si yo no tuviera mis defectos no hubiera sabido lo que es el dolor.
Ni siquiera lo que es ser feliz gracias a alguien.
Si yo no tuviese defectos no tendría este blog, y ni mucho menos me gustaría escribir.
O quizás sí. Pero no sería lo mismo.
Puesto que no me habría dolido lo que me paso, no vería con los mismos ojos lo que veo.
Y como yo, estoy seguro que mucha gente estará de acuerdo con mi opinión.
No tienes que pretender ser perfecto. Cada uno tiene su particular forma de ser.
Porque al fin y al cabo... ¿quién lo es a la hora de la verdad?


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