Las personas nos movemos por las ganas de conseguir nuestros sueños.
Esos sueños nos dan la felicidad que tanto ansiamos, que al fin y al cabo todos deseamos.
¿Y qué pasa si te quedas a las puertas de tu sueño?
Es lógico que pienses que te supera, pero no has dicho tu última palabra.
Hay sueños materiales, hay sueños en los que deseas algo con todas tus fuerzas.
Nadie te va a regalar nada. A base de echarle cojones al asunto quizás lo puedas conseguir.
O quizás no, pero por lo menos podrás decir que lo intentaste con todas tus fuerzas.
Yo tengo un sueño, y en estos quince días he puesto la pequeña primera piedra para conseguirlo.
No tengo ni la más remota idea de si lo conseguiré o no.
Pero nadie ni nada me va a quitar las ganas de luchar por ello, soy yo el que guía mis pasos.
No son tiempos buenos para los soñadores, sin embargo la vida es sueño.
Hasta que no me tenga que despertar obligado, no va a cambiar nada...
Y el camino ya está hecho por muy complicado que sea.
Por una vez que el mundo calle.
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