No sé absolutamente nada de lo que estoy haciendo ahora mismo.
Solo puedo llegar a entender que no va a ninguna parte.
Que todo da igual ya, que fue cosa de poco tiempo y punto.
No se puede soñar cuando se vive en la realidad.
Y por supuesto, no se puede querer cuando no se quiere poder.
Hace unos meses caí. Hay diferencias desde aquellos días.
Sobre todo que tengo, pero no sé valorar.
Quizás porque no quiero eso, quizás porque no me conformo.
Porque yo soy yo, ellos son ellos.
Y uno no puede contra mil.
Por mucho que se diga, las certezas están ahí.
Duele, pero es cierto.
Que tu memoria sepa guardarme, que no se olvide.
Pon tu vida en orden, cada cosa va en su sitio.
Yo no soy más que viento, que llega y se va cambiando el rumbo.
Que un día se paró porque pudo contemplar la cosa más bella del mundo.
Pero el tiempo pasa, todo se aleja.
Que las noches pasen contemplando tu cara, no gritando en silencio a mi almohada.
Que el silencio traiga palabras en vez de preguntas.
Que no soy más que nadie. Que nadie puede cambiarme.
A los pensamientos libres dicen que hay que dejarlos solos.
Que los fantasmas del pasado se vayan de una vez.
Y que pueda elegir yo por mi, que así sea...
Tengo miedo. Y lo reconozco.
Tengo miedo. Y lo reconozco.
Los imposibles también existen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario