jueves, 4 de octubre de 2012

¿Te perdiste?

''Poco a poco se fue empequeñeciendo, agachando cada vez más la cabeza. El hombre pulcro que había sido se fue desvaneciendo en días sin afeitar, en aspectos desaseados, en desganas plomizas y en ensimismamientos impenetrables.
Cada vez más raramente reaparecía el hombre recto y decidido que conquistó a Elena en los tiempos en que la palabra era importante porque con ella se construía el pensamiento, cada vez más raramente emergía el pensador que pensaba en cómo se hacía viable un proyecto colectivo, el intelectual que creía que lo humano era lo único importante.
Comenzó a prevalecer el hombre inerte, empeñado en adquirir cada vez más transparencia, en ocupar un lugar cada vez menor en el espacio. Aun estando solo en casa permanecía horas y horas encerrado en el armario.
Sólo la desbordante ternura de Elena, sus sutiles sugerencias para que hiciera por favor esto o aquello, su insistencia en que terminara la traducción de Milton que había comenzado en plena guerra, o en que pusiera por escrito sus opiniones sobre la ramplonería poética de Lope y otros mil requerimientos para que regresara el profesor que había sido, sólo esto lograba devolver el brillo a unos ojos cada vez más impregnados por la sombra, cada vez más olvidados del paisaje. Únicamente si Lorenzo estaba en casa, reaparecía el hombre resoluto capaz de seducir y entretener a un niño cubierto de zozobras'' 
El dolor puede ser físico o puedes sentirlo dentro de ti. Puedes notar como una parte de tu cuerpo te duele, como cicatriza, y como mucho se queda una marca de donde te brotaba sangre (por poner un ejemplo). Las heridas del alma no se olvidan, se abren sin importarle el tiempo que pase de cuando te hiciste esa herida, esas nunca llegan a cicatrizar. Un dolor en tu cuerpo puede cambiar tu forma de caminar, de tener cuidado ante ciertas acciones o hacer que te quedes en cama sin poder dormir durante una noche entera. El otro tipo de dolor no es así. Ese dolor te puede alterar tu vida normal, te hace madurar al aprender de algunos errores o te hace pasar meses aturdido sin que entiendas absolutamente nada. 

Por eso, hay cierto detalle que muchas personas no son capaces de observar en los demás. Hay personas que de buenas a primeras cambian. Otras sin embargo, no están cambiando, están sufriendo.
''Estoy desorientado como los girasoles ciegos''


Es difícil no sentir miedo cuando quieres hacer grandes cosas. 

Sin dudas no puedes avanzar, si retrocedes aprendes.

El valor no es la ausencia de miedo, más bien, es la opinión de que otra cosa es mucho más importante que el miedo.

Si las pequeñas cosas son las que merecen la pena, esta vida es demasiado importante como para perderse. ¿No crees?

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