miércoles, 14 de noviembre de 2012

Un monstruo en mí mismo

Hazme cerrar la boca.
Déjame solo.
Date cuenta, va siendo hora.
Olvídame, vete.
Va, en serio.
Que me tenga que tragar mis palabras.
Que no tenga más remedio que reconocer que tenías razón.
Y el silencio crezca entre nosotros como un muro.
No pienses que es lo que quiero.
No creas que busco ésto.
Piensa que es lo mejor.
Cree que el destino quiso que las cosas fueran así.
Mejor acabar sin un principio...
Oblígame a mentir.
Tengo tantas cosas que decir que me ahogo al intentar explicarlas.
Que solo sé que no sé nada, y eso me jode.
Miro al lado y veo que al resto le da igual, pero a mí no.
Que no veo más allá de mi nariz.
Ciego... ¿por mí o por tí?
Quizás debiera callar antes de engañarme...

También el silencio es una opción a veces.

 
Soñaré para poder estar contigo.
Viviré pendiente a tus pasos.
Sufriré tu ausencia, hasta que me vuelva loco.
Le gritaré al viento que es por tí mi enfermedad.
Que sin tí existe, contigo se va.
No serás causa de nada, pero sí la consecuencia. 
Saltaré a un vacío inmenso, con la esperanza de sobrevivir.
Daré los pasos que hagan falta.
Sonreiré y  lloraré, como siempre he hecho en mi vida.
Lucharé mano a mano con el mayor de mis enemigos.
Un monstruo que vive en el interior de mí mismo.
Y si caigo, caeré haciendo lo que quiero.
Sin ir más allá de lo que soy, daré lo poco que me queda por intentarlo.
Moriré, no obstante, con la conciencia tranquila de saber que no fuí un cobarde.
Sin embargo, rendirme nunca entrará en mis planes.
 
 
Dicen que las personas tenemos dos caras...
La mala y la buena.
La que quiere que sueñes y la que te dice que tengas los pies en el suelo.
¿Por qué es tan difícil dejarte llevar sin dejar de ser realista?
''El mayor enemigo del hombre es él mismo''

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