sábado, 1 de diciembre de 2012

Ilusionar, reconocer, caer

Un golpe te sorprende, no te lo esperabas, pero no tiene mayor importancia.
Dos golpes seguidos te dejan un poco aturdido, ya que no tuviste oportunidad de defenderte.
Tres te dejan KO, y si no eres lo suficientemente fuerte te dejan inconsciente.

...

Miré a mi alrededor por primera vez en mucho tiempo.
- ¿Qué más dará? - pensaba.- Mayor es el riesgo de que me hagan daño a perseguir un imposible.
Ese fué un gran error.
- Lo intentaré, por lo menos para que no se pueda decir que no lo hice. Pero con cuidado, cuando me vea capaz.

...

Hay muchas ocasiones en las que nos quejamos de lo mal que nos van las cosas en la vida, en un momento determinado. Hablamos sin parar, pero no decimos absolutamente nada. Porque en realidad la culpa es nuestra de que vaya mal, de no sonreír en ese tiempo. ¿Por qué? Porque a la realidad hay que cogerla con un par, no vale ir a la deriva o si no te hunden.
Si no salen las cosas como deseamos es por una razón. A veces hacemos actos que vistos desde fuera parecen locuras, pero por dentro es lo que deseamos. Pero hay actos y hay actos...
No puedes ir a ciegas por una persona que sabes que no te merece, porque es la mayor de las injusticias. Y si nadie te para los pies, si nadie te dice que eres un perfecto idiota, se te cortarán las alas justo cuando estés en lo más alto del cielo.
Dará igual que te des cuenta ''a tiempo'' (entre comillas porque ya es tarde). Has perdido un tiempo valioso que podías regalar a otra persona, por creer que en la realidad existía lo que querías ver. Deberías haber abierto los ojos muchísimo antes, cuando no había riesgo de hacerte tanto daño, aunque hacerte heridas era inevitable. Ese orgullo que siempre tenías desaparece, se rompe, dejas desnuda el alma y los golpes duelen más.



Fuíste voluntariamente a tu muerte, de cabeza, aún sabiendo lo que iba a pasar. Fuíste tan imbécil que quisiste seguir ahí, que quisiste que tu barco se hundiera con su capitán sobre él. Y si, podría haber sido de otra forma, pero quisiste caer en el mayor de los pozos oscuros, dejando heridas en tu cuerpo y en tu mente.
Roto, vacío, sin ganas. A veces solo, sin apoyos, a tu suerte. Cuando veas muchas palabras pero ningún acto, como van y como vienen, como nadie hace por ti lo que tú haces por los demás; entonces distinguirás entre la multitud a las pocas personas que verdaderamente debes tener a tu lado. Aquellas que son capaces de aguantar tu mal humor, que quieren ayudarte incluso cuando están mal.

...

Llámenme loco. Pero me ilusioné y reconocí mi error antes, durante y después de mi caída. Sabía perfectamente lo que hacía, pero no puse remedio a tiempo, fue demasiado tarde. Indudablemente todo el mundo lo pasa mal en ciertos momentos de su vida, cada uno por sus motivos y a su manera. Así rompí mi vida en pedacitos que aún no he llegado a juntar. Sin embargo, una mano me sacó del pozo, ese regalo es el que de verdad debo cuidar como si en él me fuera la vida. Porque en cierto modo es así. No se puede entender lo que le pasa a alguien si no te metes en la piel del otro, si no ves con los ojos de los demás. Caí solo. Pero no me levanté así, puede que sí dolorido, pero con la mejor compañía posible. Ahora el viento del norte sopla y no trae frío, trae sonrisas. No sé que pasará de aquí en adelante, pero estoy seguro de que no volveré a caer, me han enseñado a ver lo bueno entre la oscuridad, he aprendido. ¡Ésta es mi historia!

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