Tengo en mi agenda los días más importantes de mi año marcados con una cruz.
Está el 29 de enero, el 12 de febrero, el 20 de marzo...
Todos tienen puesto un símbolo para saber porque son importantes y la persona con la que estuve.
Curiosamente, hay dos personas apuntadas que deberían de haber sido las más importantes.
No lo fueron porque todo no es más que un juego.
Sin embargo, ese pequeño detalle no lo veo ni de lejos (o no lo quiero ver).
¿Triste? Ni idea, pero sí es cierto.
Se que al final me arrepentiré y mi primer paso será reconocerlo.
No sabes lo que tienes hasta que no lo has perdido.
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